Soñé que una muleta era el pasaje de vivir a sentir, de querer a ser... y en eso vivo, en ser.
Sean bienvenidos a esta locura.

domingo, 12 de mayo de 2013

Samuel Rodríguez: “Cuando toreo siento la necesidad de mostrar todo lo que llevo dentro”


ENTREVISTA.

CLR/DANIEL J. RODRÍGUEZ.

CIEZA EN LA RED

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Me encuentro con él en el Paseo. Llega con su sobrino a hombros, triunfante, como él mismo ha salido de algunas importantes plazas de la geografía española. Lleva tres años entrenándose para lograr su sueño: Ser torero.

Samuel Rodríguez contesta a la entrevista con una madurez impropia de su juventud. Tal vez enfrentarse tan de cerca con la muerte te cambie por dentro. Transmite una templanza increíble. Rozando la veintena, este ciezano alterna sus entrenamientos en la Escuela Taurina de Murcia con los estudios de periodismo.

¿Qué esconde el toro que te engancha tanto?

Digamos que esconde un misterio de sensaciones que desde pequeño yo captaba cuando iba a los toros con mi abuelo. Ver como gente a la que tú conoces, gente de tu pueblo de alguna manera alababa o veía magnífica la labor de un torero, me atraía. Saber qué sentía un torero realmente, cuando triunfaba, cuando no triunfaba… me llamaba la atención desde pequeño y hoy todavía lo sigue haciendo.

¿Hay una relación estrecha con el miedo?

Siempre. En mi caso y en el de otros compañeros el miedo existe. Pero es ese miedo el que realmente te invita a superarte delante del animal.

Seamos sinceros: No todo el mundo es capaz de realizar una obra de arte delante de un animal en una situación tan compleja. Pero es ese miedo el que te ayuda a superarte y el que te hace crecer delante del toro y en la vida.


¿Qué te da más miedo el toro o lo que te pueda pasar?

Lo que pueda pasar, siempre.


¿Por ti, o más bien por los que te rodean?

Por la gente que me rodea. Siempre acepto el peligro y todo lo que puede pasar. Pero yo creo que mi familia, mis amigos, la gente que me quiere y a la que quiero realmente no está preparada para el momento en que me pueda pasar algo.


¿Recuerdas el momento que dijiste a tus padres “Quiero ser torero”?

Lo recuerdo muy bien. Tenía 12 años y me puse en contacto con la escuela taurina para ver qué tenía que hacer para apuntarme pero, fue proponérselo a mis padres y recibir un no rotundo a cambio.
La verdad  es que a día de hoy siguen sin aceptarlo, pero ya cumplí 14 y vieron que insistía mucho y no era una broma.

Tal vez pensaron que cuando me llevara un sustillo me lo dejaría, pero ven que no ha sido así. Ahora, cuando me ven triunfar, que la gente está contenta con lo que hago, mis triunfos son como suyos.


¿Y cuándo no triunfas?

Sufren más que yo.


Vivimos en una sociedad que rechaza el mundo del toro ¿Encuentras amigos que estén en contra de tu pasión?

Amigos no, ente muy cercana no.  Pero me he encontrado compañeros de clase, de la carrera de periodismo….
Mis padres, por ejemplo, eran gente que, no es que estuviesen en contra, pero tampoco acudían a los toros con asiduidad y, sin embargo, a día de hoy se están incluso aficionando.

¿Cómo son esas situaciones? ¿Qué te dicen?

He tenido la suerte de que toda la gente que se ha dirigido a mí y que no ama el mundo del toro me ha tratado con respeto. Yo siempre digo lo mismo, respeto la opinión de todo el mundo pero, lógicamente, no la comparto.
No voy a intentar que un antitaurino se vuelva taurino. Lo que hago siempre es explicar por qué amo el mundo del toro y por qué quiero ser torero. No voy a explicar una serie de razones para convencerles de que vayan a una corrida de toros,  porque no van a ir y si quieren ir, será por su libre elección.


Porque el toro es un sentimiento

Sí, yo creo que o te gusta o no te gusta. O eres capaz de sentir ese compendio de sensaciones que te he dicho antes o no te llega y lo ves como una crueldad, porque el espectáculo de los toros es cruel, las cosas como son.



¿Es difícil hacerse un hueco?

¿En el mundo del toro? Mucho. Y más a día de hoy porque la crisis afecta, no solo al mundo del toro, sino a otros sectores. Pero el mundo del toro es uno de los más dañados. El toro no es un espectáculo barato, tampoco caro, pero la gente no se lo puede permitir.
Muchas personas que venían antes a verme ahora no pueden porque están en el paro o tienen necesidades…


La crisis es la palabra protagonista en esta época.

Pero, sin embargo, yo creo que la crisis le va a venir bien al mundo del toro. Antes lo que se buscaba era obtener un beneficio rápido. A día de hoy, debido a la crisis hay menos puestos para torear pero, ante esa cantidad, se ha sobrepuesto la calidad y eso es importante, que prime la calidad antes de la cantidad.
Ante esto yo veo el aspecto positivo: Está claro que es difícil hacerse un hueco. Van a torear los mejores. Si yo estoy llamado a ser de los mejores podré torear, si no, me tendré que dedicar a otra cosa.


Periodismo y toreo, ¿Qué pesa más?

¡Hombre! Lógicamente el toro. El periodismo, a pesar de lo que digan mis padres, que quieren que tenga el toro como hobby  y primero la carrera, para mí es al revés. El mundo del periodismo complementa al mundo del toro.
Tengo muy claro que, si el día de mañana no pudiese dedicarme a lo que quiero, que es a torear y a ser torero, me dedicaría al periodismo. Pero siempre enfocado hacia el periodismo taurino.

¿Cómo estará el mundo del toro el día de mañana? Eso no lo sabe nadie. Yo siempre temía porque mis nietos no pudiesen ver el mundo de los toros. Pero es que a día de hoy temo porque mis hijos no puedan ver el mundo del toro.
Tengo muy claro que el periodismo es aquello a lo que me quiero dedicar si no lograra cumplir mi sueño.


¿El torero es un sacerdocio que exige sacrificios?

Es cierto que renuncias a muchas cosas. Me he tenido que ir a vivir a Murcia para poder ir a la Universidad por la mañana y por la tarde a la plaza, más entrenar fuera…
A mis amigos prácticamente casi no los veo, a mí familia solo la veo los fines de semana… Pero esas renuncias no las concibo como un sacrificio, porque creo que tengo la suerte de tener la oportunidad de poder dedicarme a lo que me gusta y, en ese momento, el sacrificio es nulo. Sería un sacrificio si me costase, pero no me cuesta.


¿En quién te querrías ver reflejado?

Pienso que cada torero tiene que tener su personalidad. Pero sí es cierto que si tuviera que fijarme en un torero, por todo lo que le rodea, por la raza que tiene, por esa capacidad de superación persona… me fijaría en El Juli.


Hace unos días sufrió una cogida.

A eso me refería. Que una figura del toreo que es millonaria perdida siga jugándosela tarde a tarde, y encima con esa raza, con ese valor… yo creo que es digno de admirar.


¿Se puede hacer poesía con la muerte?

Sí. Soy de los que piensan que sí. De hecho, el mundo del toro, conforme más lo voy conociendo, más me va atrapando. Y una de las cosas que más me llama la atención  es todo lo que está presente en una corrida de toros.
Durante el espectáculo taurino vives cualquier sensación que puedas sentir a lo largo de toda tu vida: Desde el triunfo hasta el fracaso, desde la vida hasta la muerte… Es un espectáculo muy verdadero y que es esa verdad la que realmente asusta a la gente que no quiere ir a una corrida o que no lo aprueba.




¿Cómo es la tarde del fracaso?

Es dura. Pero al mismo tiempo te ayuda a conocer la realidad, y la realidad es que no siempre se puede triunfar. Y luego también hay miles de defectos de por medio, es muy difícil alcanzar la perfección.

La tarde del fracaso es una tarde dura de asimilar.


¿Tú te sueñas en grandes plazas o prefieres ser realista y ver qué va pasando poco a poco?

Ambas. Soy realista y sé que va pasando poco a poco, pero sueño con torear en grandes plazas.


¿Cuánto pesa el momento previo a salir a enfrentarte al animal?

Depende de la plaza y del momento personal en que te pille. He tenido la suerte o la desgracia, mejor dicho la oportunidad, de vivir muchas cosas antes de torear en una plaza de toros. He vivido malos momentos personales que luego no me han permitido estar bien… Y, sin embargo, creo que lo que más pesa antes de salir a torear es la responsabilidad.

Cuando peor lo paso es cuando toreo en Cieza. Llevo tres años entrenando y Cieza, por todo lo que conlleva, por haber ido a los toros desde pequeño con mi abuelo, por toda la gente que viene a verme y me quiere… Es como si toreara por toda esa gente y siento la obligación de corresponderles y hacerles ver todo lo que llevo dentro.


¿El mejor momento?

Sin duda, mientras estoy toreando. Está claro que puedes triunfar y puedes cortar un rabo. Está claro que puedes fracasar… Pero merece la pena estar todo el año trabajando para estar delante de un animal 10 minutos y que el animal y tú seáis capaces de transmitir todo aquello que puede transmitir un torero.


¿Cuál es la mejor tarde que recuerdas?

Hay dos o tres que me han marcado, la verdad… Pero, ¡Fijate! Son tardes que no han sido muy relevantes, por así decirlo. Me quedo con una tarde del año pasado, del Día de la Región, el 9 de junio en Puerto Lumbreras y con el 16 de septiembre en Yecla, donde pude disfrutar mucho, donde vino a verme mucha gente de Cieza, de mi peña taurina…

Son tardes sin importancia pero en las que yo he disfrutado y he tenido la oportunidad de comprender completamente al animal que tenía enfrente y de ser capaz de plasmar todo lo que quería.


¿Has sufrido cogidas?

Sí, y precisamente la más gorda en Cieza.  Fue un 16 de octubre de 2011 y aposté quizás demasiado. Era una tarde fea, hacía mucho aire y, cuando me disponía a empezar la faena de muleta, tenía claro que no podía quedarme atrás y aposté demasiado. Al apostar demasiado puedes ganar o perder, y en mi caso, perdí. El novillo me arroyó y perdí el conocimiento unos minutos… Mi gente lo pasó muy mal. Ese es el mayor susto que me he llevado, y ojalá sean todos así.


¿El toreo es valentía o es inconsciencia?

Es inconsciencia. Sí, es inconsciencia porque yo creo que ningún torero sabe a lo que se enfrenta. Entrenas mucho, todo lo que haces lo enfocas hacia el toro, convives con el toro, vives para y por el toro, pero… Realmente, cuando estás tú solo detrás del burladero, esperando que salga el toro… Eso no se puede llamar valentía. Lógicamente tienes valor, si no, no puedes hacer eso.

Creo que el valor que tienen los toreros es un valor inconsciente, un valor de locura. Pero una locura comprensible, como la de un pintor, la de un escritor… Una locura a través de la cuál tu intentas mostrar lo que llevas dentro. Siempre digo que el torero tiene mucha transparencia.


¿Cómo es tu relación con Pepín Liria?

Sigue sorprendiéndome. Sigue imponiéndome. Desde el 16 de Julio del año pasado tengo la suerte de tenerlo a mi lado. Y tener a una persona que ha sido figura del toreo, que tanta gente le ama y le respeta… Es un sentimiento muy especial.

Como persona me ha sorprendido mucho y como torero ya lo dijo todo en su momento. Es una persona que está aportando mucho a Samuel Rodríguez como persona y como torero.


¿Cuál es el siguiente paso?
El debut con caballos. Será a finales de esta temporada o a principios de la siguiente. Ahora lo que busco es una regularidad, tanto profesional como personal. Es muy importante estar bien a nivel personal, si el torero no está cómodo se va a ver en todo momento.


¿Rezas antes de salir a la plaza?
Antes llevaba capilla. Yo soy creyente. Pero hace un año me di cuenta de que la capilla no me va a ayudar a triunfar, el que tiene que triunfar soy yo. Rezo y me encomiendo a Dios, sé que hay algo conmigo en todo momento, pero capilla no llevo, es otra forma de concebir la religión.

Nos despedimos. Su sobrino ha estado en sus brazos durante toda nuestra conversación, asistiendo, en silencio, al misterio del ritual del toro que Samuel Rodríguez va destilando en cada palabra. Un proyecto de vida diferente, arriesgado, que el joven novillero persigue con mucho ánimo, con mucha calma, con un savoir faire magistral. Quiere ser torero.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Gran día de convivencia de los alumnos de la Escuela taurina junto a los periodistas, políticos y miembros de su Junta Directiva.


La Escuela de Tauromaquia de la Región de Murcia celebró el pasado Domingo día 5 de Mayo una entretenida y provechosa jornada de convivencia con autoridades  políticas y prensa especializada, en la ganadería de Nazario Ibáñez, gracias al apoyo desinteresado de la familia Ibáñez.



Los  alumnos de la Escuela han tenido la oportunidad de torear cuatro becerras y un novillo, en función de su preparación, bajo las instrucciones de su ilusionado maestro y director de la entidad, el matador de toros Pepín Liria, muy satisfecho con la evolución de sus pupilos.





Así las cosas, los  quince alumnos presentes han podido demostrar su progresión delante de la cara de los  animales, incluido Gabino Corrochano quien ha toreado por primera vez, y los más pequeños, que lo han hecho delante del carretón.
Además, todos los presentes han dado un recorrido guiado por las instalaciones de la ganadería, donde han podido ver los distintos astados apartados  reseñados  para varios festejos de esta temporada.



A esta jornada, primer acto oficial de la nueva Junta Directiva, han asistido el Delegado del Gobierno, Joaquín Bascuñana; el consejero de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, Antonio Sevilla; el diputado Regional Jesús Cano; el alcalde de Blanca, Rafael Laorden; y el alcalde de Yecla, Marcos  Ortuño.

Samuel pudo mostrar sus buenas maneras ante unas becerras de extraordinaria calidad.